sábado, 26 de febrero de 2011

Ausencia...

Llego hasta el teléfono público de la esquina, coloco las dos últimas monedas que encontró en su monedero, y marco. Lo dejo sonar unas nueve o diez veces, pero nadie contesto. Lo volvió a intentar, y otra vez no obtuvo respuesta. Cortó, y creyó escuchar entre el ruido de los autos y la muchedumbre, que alguien había gritado su nombre.

¿Será el? – se pregunto

¿Quién mas podría ser?

Intentando contener la emoción que la embargarba, miro hacia un lado, y luego al otro de la avenida.

Muchos rostros se cruzaron en su camino. Rostros jóvenes y bellos. Rostros viejos. Rostros de hombres y mujeres. Rostros arrugados. Rostros rebosantes de alegría. Otros de cansancio, o frustración. Rostros finos, rostros chatos. Cada uno de ellos; únicos, irrepetibles, imperfectos.

Recogió las monedas que el teléfono le había devuelto, las introdujo nuevamente en la ranura, y lo intento una vez más.

viernes, 18 de febrero de 2011

Escenas de la vida familiar (Vol I)


Mi esposo come con buen apetito, aunque siempre me dio la impresión que lo hace con demasiada calma. No se porque, y jamás se lo hice notar tampoco. La mayoría de la gente, especialmente los hombres que conozco, más que comer diría que devoran. Se engullen un bocado tras otro, sin respirar siquiera. Pero el no. Por momentos me resulta exasperante. Todo le toma su tiempo, parsimonioso y prolijo.

Termine de prepárame un té y me senté a la mesa frente a el. Yo cene hace más de una hora, porque últimamente se queda hasta tarde en la oficina, y hoy no fue la excepción.

Levanta la vista del plato y la posa sobre mí, aunque tengo la sensación de que en realidad no me esta mirando, es como si mirara a través de mí; como si fuera un fantasma.

Menea la cabeza y empieza a hablar. Algo sobre su jefe y Ramírez. Una pelea o algo por el estilo, pero no le presto atención.

Se limpia la boca con una servilleta de papel, la hace un bollo y la tira de mala gana sobre la mesa.

¿Me estas escuchando?- pregunta

¿Qué? –

¡¿Que si me estas escuchando?!-

…No… -

Tira los cubiertos sobre el plato. Se rasca la cabeza y pregunta si queda más. (Todavía no termino su porción…) Le digo que si, pero que es para su hijo. Vacía su vaso de un trago y se sirve mas vino.

… ¿Y porque no me estabas escuchando?-

-…Pensaba en otra cosa-

-Qué raro-

-¿Que raro qué?- pregunto mientras voy en busca del paquete de cigarrillos que había dejado sobre la mesada

- ¿Pensando…? – Contesta riendo- Creí que ya habías perdido ese tipo de capacidad…   -

Encendí uno de los suyos y expulse el humo con violencia. Pensé en contestarle, pero no estaba de ánimo como para comenzar una discusión sin sentido.

Un rato después llego Nicolás. Nos saludo y se sirvió lo que quedaba de comida. La calentó, y se sentó junto a mí. Ya era casi medianoche; así que los bese en la mejilla, y me fui a acostar.

La mañana siguiente desayunamos los tres juntos después de mucho tiempo, y luego nos fuimos al hospital. Nicolás y yo; Jorge no. Otra vez tenía que trabajar. Hace mas de un mes que esta internada, y el solo la visito dos veces. Ella ya ni pregunta por el.

Julia sigue estable. Nos dijo el doctor que no hay nada de que preocuparse. Esperamos que así sea.

jueves, 10 de febrero de 2011

Tazas

Secaba la única taza que quedaba en la casa. Esa misma taza en la cual bebió, lavo, y ahora estaba secando; le hizo recordar que tan solo un tiempo atrás estaba con ella. En ese mismo lugar, y bebiendo un café seguramente. Después de cenar siempre tomaban una taza de café, y el lo hacia en esa misma que ahora estaba secando. Era su taza. La de ella, ya no estaba.

Termino de secarla, guardo la taza en la alacena, y se fue a acostar. Mañana la usara para desayunar.

martes, 8 de febrero de 2011

Uno de esos días...

Vestido de gala vagaba por las calles sin rumbo. No se había vestido así para nada, pero la nada se hizo eco de sus quejas, y aquella tarde lo paso a visitar.

Perdido, desorientado, siguió camino hasta el puente más cercano. Y no solo pensó en arrojarse al río, sino también en llevarse a algún hijo de puta con él.

Después de algunas horas de mirar aquel torrente de agua que parecía no tener fin, desando el camino que lo había llevado hasta allí.

Esa misma noche, mientras cenaba junto a su esposa, repaso mentalmente los pasos que había dado por la tarde. Y se juro, no volver a repetir.

martes, 1 de febrero de 2011

Entresueños

Acabo y se tumbo a su lado dándole la espalda. La habitación se encontraba a oscuras, salvo en los momentos en que la luz de su teléfono celular parpadeaba sobre la mesa de luz. Escucho la chispa del encendedor, y el olor a tabaco llego hasta el. Se coloco boca abajo y hundió el rostro contra la almohada helada. Ninguno dijo una palabra; solo se quedaron allí acostados. Agitados pero en silencio; como dos completos extraños.

Unos minutos mas tarde apago el cigarrillo y se durmió.

Por la mañana, cuando despertó, no la encontró a su lado. Una brisa entreabrió la puerta del baño, y allí la vio; frente al espejo del tocador.

Se incorporo entre sueños y camino hasta ella. La tomo por la espalda, y sintió la hermosa desnudez de aquel cuerpo conjugándose con el suyo. La rodeo con sus brazos mientras besaba su nuca. Luego, la subió a sus brazos, y volvieron a la cama.